domingo, 25 de enero de 2009

"Hijos de la Mermelada"

Ayer fui a comer con mis papas al estadio, hace mucho tiempo que no comíamos en ese lugar; podría asegurar que hace 3 años que no íbamos al "Sergio León Chavez ". Coincidió que ayer jugó el Querétaro (Los Gallos Blancos) contra el Irapuato (La Trinca Fresera),  y mientras estaba sentada esperando mi orden pude apreciar la aficion de la gente por el futbol; a cada rato pasaban y pasaban mujeres, niños, señores, chavos, de todo; ya con la camiseta puesta, banderas y porra para Irapuato, en lo personal me resulta aburrido el futbol, pero por un momento pensé que sería emocionante vivir esa afición y pasión que se le tiene a este deporte.
Cuando terminamos de comer, pasamos despacio por los negocios que están alrededor del estadio, espectantes a las porras y los grupos de personas que se formaban es la taquilla para adquirir sus boletos. Vimos como pasaba uno de los últimos camiones del equipo contrario (Los Gallos Blancos) y como todos los aficionados que apoyaban a la "Trinca", abuchaban su llegada. Entre porras, mentadas de madre y señas a los pasajeros, recibían a sus rivales.  Me pereció un poco gracioso y tonto a la vez; pues no hay necesidad de tomárselo tan personal, pero me quedo mucho mas claro cuando uno de los camiones que pasaba daba la vuelta para entrar al estadio y los aficionados que iban dentro, devolvían las señas y los ademanes que afuera les hacían; cuando escuchamos un golpe muy fuerte, pero seco, que llamó mi atención  y voltee a ver. Un estúpido lanzó un piedra al cristal del autobús, estrellándose por consecuencia, solo vi que corrió riendo y sus acompañantes le festejaban la gracia. Yo y las personas que lo vimos solo seguimos nuestro camino pues decirle a algún policía resultaría en vano y mucho peor sería decirle algo al anfitrión del golpe; sería como gritar ¡arriba el Querétaro! en una multitud irapuatense... acabaría golpeada y sin manos para poder escribir esto...
En fin solo me queje con mis padres y mi hermano, pues eran los únicos que obviamente no me dirían nada y mucho menos menos me tratarían de patear. Mi papa molesto solo dijo:"Pobre pendejo", y acto seguido mi hermano me recordó:"Es la afición, es la afición". Si ajá, mas bien lo confunden, no es afición es enajenación euforia por el momento, es gente que va como borrego caminando en grupo por la calle y cantando una canción que ahora es el himno para darse ánimos y dárselos al equipo, algunos solo la tararean o alcanzan a cantar el coro si bien les va ("Te llevo en mi corazón, te llevo en mi cooorazoooón"), y contentos levantan la bandera roja de su equipo; pero que tontos pues se dejan llevar y le quitan la esencia y lo primordial al juego, que es verlo y siendo consientes de que ganador o perdedor  ¡Es un juego! y nada más, pero esto es algo que ni en 1000 años pasará. Seguirán en cambio los empujones y los golpes entre ambos equipos y policías, las mentadas de madre y los himnos mal cantados de los eufóricos aficionados. *Creo que por eso no he ido a ningún partido, pues no es decir: "voy a apoyar a mi equipo" sino más bien es decir:"voy a jugarme la vida" eso sin ser exagerada, ya que el tiempo que estuve ahí comiendo, escuche mas de una vez como rompían botellas. Ahora se porque hace mucho que no iba a comer al estadio.
     

No hay comentarios:

Publicar un comentario